Sándwich de pollo con champiñones




La pechuga es la parte más adecuada para la obtención de filetes y se adquiere entera o fileteada. Resulta algo más seca que el muslo debido a que contiene menos grasa.

El pollo se presta a multitud de preparaciones culinarias: entero o en piezas, frito, guisado, estofado, a la plancha, asado al horno, al grill, al microondas, empanado, salteado y hervido. La más sencilla y que resalta más su sabor es el asado. Se puede rellenar su interior con uvas, ciruelas, frutos secos, limón, manzana, especias... Los muslos y las alitas son perfectos como tapas y a la barbacoa. Admite, además, muchos acompañamientos: verduras, arroz, pasta y hierbas aromáticas.

Para los caldos y sopas se suelen emplear las alas y la carcasa. También se puede añadir el caldo para dar gusto a la masa de croquetas de ave.

4 personas

Ingredientes

250 gramos de hongos Portobello, rebanados

1 cebolla morada, rebanada

1 taza de aderezo italiano para ensaladas (comercial)

2 pechugas de pollo, cocidas y desmenuzadas

Aceite vegetal, el necesario

8 rebanadas de tocino

4 rebanadas de pan integral

4 hojas de lechuga

1 aguacate, pelado y picado


Paso a paso

1. Sumerge los hongos y la cebolla en el aderezo durante 5 minutos; retíralos y reserva.

2. Introduce el pollo y cuando esté bien impregnado, retíralo.

3. Fríelo en una sartén hasta que esté dorado (si es necesario, añade un poco de aceite).

4. Incorpora los hongos y la cebolla; cocina hasta que los primeros estén cocidos.

5. Aparte, pica las rebanadas de tocino y fríelo hasta que dore; escurre la grasa.

6. Cubre las rebanadas de pan con hojas de lechuga, encima reparte el pollo, los hongos, la cebolla, el aguacate y el tocino.

Sirve de inmediato.

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